El proceso posterior al término de una relación de pareja puede llegar a ser muy demandante emocionalmente, sobrevienen normalmente un conjunto de emociones y sentimientos que son difíciles de gestionar ya que el desapego nos provoca sufrimiento. Esto puede verse empeorado por una serie de factores como las circunstancias de la separación, nuestro estilo de apego, las creencias que tenemos respecto del amor, la conducta de la persona con la que terminamos, las opiniones de amistades y familiares, los problemas económicos o legales que se presenten como consecuencia del quiebre y por cierto la presencia o no de hijos en común, entre otros factores que pueden hacer más complejo este desafío que tenemos frente a nosotros al dar por terminado este tipo de relación.
Casi todos tenemos claridad respecto de que la compasión es el sentimiento de tristeza o desazón que nos puede producir ver que otra persona está padeciendo o sufriendo; es frecuente que, en este contexto, vamos a sentir la necesidad de aliviar, remediar o evitar el sufrimiento que el otro está padeciendo, como un acto espontáneo de humanidad.
La compasión la sentimos con mayor facilidad al ver sufrimiento en las personas que amamos o que percibimos vulnerables, como por ejemplo niños o abuelos, personas enfermas, etc. Por otro lado nos es más difícil sentir compasión por personas que odiamos o hacia quienes tenemos una predisposición negativa. Pareciera ser que ciertos actos de los demás aumentan o disminuyen la compasión que podríamos llegar a sentir por ellos o ellas. Hay personas por quienes diríamos «no merece mi compasión», es decir que, por algunas personas cuyo sufrimiento «no es digno» de consideración, no nos importa que sufra, no queremos aliviar en lo más mínimo su dolor.
La autocompasión, por consiguiente, sería la tristeza que sentimos al darnos cuenta de que estamos sufriendo y la necesidad de aliviar, remediar o evitar nuestro propio dolor. Así como en el caso de la compasión hacia otros, la autocompasión tambián depende de que tan dignos nos consideremos como para aliviarnos a nosotros mismos o recibir el dolor sin más.
¿Consideras que tu dolor es digno de ser aliviado?
Aunque la respuesta a esta pregunta pareciera obvia, no lo es tanto. La mayoría de las personas que consultan en terapia conmigo tienen gran dificultad en ser autocompasivos y creen merecer su sufrimiento o no se han preguntado respecto de lo dignos que son de aliviarse a si mismos, o de evitar y detener su propio dolor.
Esto muchas veces sucede porque sus ex parejas han «cargado» en sus cerebros, mediante su discurso frases como «te dejo por infiel», «No sabes administrar nuestro dinero», «me cansé de perdonarte», «eres muy intensa», «te mereces lo que te está pasando», con estas frases que integramos, comenzamos a sentir que de verdad no somos dignos de aliviar nuestro propio dolor y que lo merecemos.
En otras ocasiones nuestros pensamientos traen consigo las frases recibidas de nuestros cuidadores como papás, mamás, profesores, etc. quienes con o sin intención pudieran haber instalado en nuestras mentes la idea de que merecemos sufrir por lo que hacemos «eres muy floja», «eres muy gorda», «eres muy irresponsable», «esto te pasa por tonto», con lo que, poco a poco vamos perdiendo nuestra capacidad de ser autocompasivos e intentar aliviar nuestro sufrimiento.
¿Cómo ayuda la autocompasión a sanar tu corazón roto?
El «Corazón roto» es un síndrome causado por la exposición a un estrés intenso y repentino (Miocardiopatía por estrés) que literalmente causa daño en el corazón y que requiere diagnóstico y tratamiento médico.
También decimos estar con «el corazón roto» cuando estamos sufriendo angustia, estrés y ansiedad por causa de haber terminado una relación de pareja.
La autocompasión nos ayuda porque nos permite tener consciencia de que somos un ser digno de consideración y ayuda para aliviar nuestro propio dolor. Por esta razón, la autocompasión nos guía en la búsqueda de alivio, y no de mas sufrimiento.
Anota esta frase y recuérdala: «No mereces sufrir»
Es importante que seas tu quien primero la ponga en práctica, aquí te dejo algunas ideas:
- No te expongas a situaciones que te causen mas dolor.
- Busca ayuda profesional
- Dile a tus amigos y amigas que no te envíen fotos de tu ex haciendo «tal o cual cosa»
- No espíes las redes sociales de tu ex.
- Practica las afirmaciones positivas (pensamientos o frases esperanzadoras y optimistas).
- No permitas el maltrato en tu contra
Déjame en los comentarios tu opinión para saber que te ha parecido aprender sobre la Autocompasión».
Hugo Huerta Fernández
Psicólogo